Y en Egipto los islamistas radicales amenazan de muerte a los cristianos si no abandonan el país. Unos cincuenta templos, así como varias sedes de ministerios, orfanatos o escuelas cristianas, sufrieron graves ataques en los tensos últimos días en Egipto, donde la ira islamista radical se empleó con furia contra sus compatriotas cristianos.
Mientras, en Europa y demás continentes y países "seguros", muchos representantes de diversas iglesias cristianas se dedican a defender su "única iglesia verdadera" frente a las otras. ¡Vanidad de vanidades! Lo único real es Cristo y su mensaje. Y creo que así lo entienden católico-romanos, coptos, ortodoxos, anglicanos y evangélicos que están sufriendo el "Calvario" de la sinrazón fanática en Siria, Nigeria o Egipto, ayudándose mutuamente y sin pedirse el "pedigree" o el "RH de Pureza Cristiana" a ningún pastor o creyente cristiano, sea de la iglesia que sea.
Ellos son el vivo y valeroso ejemplo de lo que Cristo vino a predicar.
¡Muchas iglesias no pueden celebrar la Eucaristía juntos, en nuestras seguras comunidades, mientras ellos comparten vida y muerte en inhóspitos y violentos lugares! Y predicando todos ellos al mismo Dios y Salvador Jesucristo...
Estas palabras de Juan deberían servir para hacernos meditar en el amor infinito de Cristo en estos tiempos de fanatismo y persecución:
"Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, está en muerte.
Cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad
Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.
Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado".
(1 Juan 3:14-24).
Nota adicional:
Esta entrada no es un ataque contra el Islam, dentro de cuya fe tengo buenos y excelentes amigos ("puedo llamarlos hermanos").
El fanatismo nos aleja de Dios, es la antítesis del mensaje evangélico y conciliador.
Oremos al Señor para que proteja a todos los seres humanos que sufren la violencia engendrada en la ceguera del odio.