miércoles, 21 de agosto de 2013

"LA MUERTE NOS UNE EN CRISTO Y LA VIDA NOS DESUNE EN VANIDAD HUMANA"


Las diversas comunidades cristianas de la ciudad de Alepo (Siria) llevan meses sufriendo el hostigamiento fanático de los integristas. Fieles y clérigos cristianos de una u otra denominación o iglesia son impunemente asesinados. 
En Nigeria tres aldeas cristianas de Jos fueron atacadas a mediados de este mes por grupos de musulmanes armados con machetes. La violencia religiosa en la ciudad de Jos, en el norte de Nigeria, se ha saldado con cerca de 500 muertos. 
Y en Egipto los islamistas radicales amenazan de muerte a los cristianos si no abandonan el país. Unos cincuenta templos, así como varias sedes de ministerios, orfanatos o escuelas cristianas, sufrieron graves ataques en los tensos últimos días en Egipto, donde la ira islamista radical se empleó con furia contra sus compatriotas cristianos.
Mientras, en Europa y demás continentes y países "seguros", muchos representantes de diversas iglesias cristianas se dedican a defender su "única iglesia verdadera" frente a las otras. ¡Vanidad de vanidades! Lo único real es Cristo y su mensaje. Y creo que así lo entienden católico-romanos, coptos, ortodoxos, anglicanos y evangélicos que están sufriendo el "Calvario" de la sinrazón fanática en Siria, Nigeria o Egipto, ayudándose mutuamente y sin pedirse el "pedigree" o el "RH de Pureza Cristiana" a ningún pastor o creyente cristiano, sea de la iglesia que sea. 
Ellos son el vivo y valeroso ejemplo de lo que Cristo vino a predicar. 
¡Muchas iglesias no pueden celebrar la Eucaristía juntos, en nuestras seguras comunidades, mientras ellos comparten vida y muerte en inhóspitos y violentos lugares! Y predicando todos ellos al mismo Dios y Salvador Jesucristo...
Estas palabras de Juan deberían servir para hacernos meditar en el amor infinito de Cristo en estos tiempos de fanatismo y persecución: 
"Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, está en muerte.
Cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí.
En esto hemos conocido el amor, porque él puso su vida por nosotros: también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad
Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él.
Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas.
Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado".
(1 Juan 3:14-24)
Nota adicional: 
Esta entrada no es un ataque contra el Islam, dentro de cuya fe tengo buenos y excelentes amigos ("puedo llamarlos hermanos"). 
El fanatismo nos aleja de Dios, es la antítesis del mensaje evangélico y conciliador. 
Oremos al Señor para que proteja a todos los seres humanos que sufren la violencia engendrada en la ceguera del odio.

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