- Yo soy anglicano.
- Vale, yo también, pero soy "más protestante" que tu.
- Vaya, que pena. Yo me considero "anglocatólico", es decir, de la "High Church", más cercano a Roma que tu.
- Bien, vale, entonces... ¿por qué te consideras "reformador" si apenas disientes de la Reforma?
- ¡Caramba! Buena pregunta, al igual que habría que preguntarle al "evangelista", "bautista", "luterano, "pentecostal" o "viejo-católico", entre otras confesiones cristianas.
- Sí, pues el Señor dijo: "mi reino no es de este mundo" (Juan 18). La Biblia entera, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, proclama continuamente al Mesías o al Cristo como Rey de todas las cosas, mientras nosotros nos proclamamos "separadores" de su Palabra.
- ¿Separadores, hermano?
- Sí, SEPARADORES, porque como dijo Cristo, "amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios". ¿Cómo es posible que "reverendos", "pastores", "padres" o "ministros" se "desollen" e insulten entre ellos. ¿Cómo es posible que existan "blogs" o "páginas web", que se dicen cristianas, y solo existan para atacar, denigrar, difamar y enjuiciar a otros cristianos? ¿Dónde está el verdadero Espíritu del Evangelio? ¿¿¿DÓNDE? ???
- Me haces pensar, hermano.
- Pues me alegro, porque si lees la Palabra del Señor y la sigues, no podrás nunca hablar mal en contra de un hermano, ni en contra de nadie.
Está escrito: “No mintáis los unos a los otros” (Colosenses 3.9). Esto incluye la falsificación, toda forma de engaño e hipocresía, las exageraciones y toda forma de pecado basado en el doblez y la falsedad (2 Corintios 4.2). Toda forma de mentira y fraude viene del “padre de mentira” (Juan 8.44). Y el padre de la mentira es el Diablo, Satanás, el embustero, el mentiroso, el que inocula el veneno de la separación en el alma humana.
